Esas estrellas especiales
que iluminan nuestro cielo particular,
brillan tanto en nuestras vidas
que luego, cuando se van,
nos dejan oscuro el camino,
sin ganas para el diario caminar.
Pero poco a poco, con el tiempo,
nuestra herida comienza a curar,
se cubre con suaves lágrimas
que la hacen cicatrizar
sintiendo así su roce,
y el dolor diluyéndose terminará.
El tiempo adormece el sufrir
que nos produce el recordar
cuando nos colmaba su vivir,
cuando al lado los sentíamos palpitar,
y será entonces cuando su recuerdo
una pequeña luz en nuestra vida
al recordarlos se encenderá
al su recuerdo evocar.
Solo del todo nos dejarán
si en ellos no pensamos más,
porque al recordarlos
en nuestro corazón estarán,
y así aunque nos hayan dejado
día a día en nosotros vivirán,
EN NUESTRO PARTICULAR CIELO BRILLARÁN.
que iluminan nuestro cielo particular,
brillan tanto en nuestras vidas
que luego, cuando se van,
nos dejan oscuro el camino,
sin ganas para el diario caminar.
Pero poco a poco, con el tiempo,
nuestra herida comienza a curar,
se cubre con suaves lágrimas
que la hacen cicatrizar
sintiendo así su roce,
y el dolor diluyéndose terminará.
El tiempo adormece el sufrir
que nos produce el recordar
cuando nos colmaba su vivir,
cuando al lado los sentíamos palpitar,
y será entonces cuando su recuerdo
una pequeña luz en nuestra vida
al recordarlos se encenderá
al su recuerdo evocar.
Solo del todo nos dejarán
si en ellos no pensamos más,
porque al recordarlos
en nuestro corazón estarán,
y así aunque nos hayan dejado
día a día en nosotros vivirán,
EN NUESTRO PARTICULAR CIELO BRILLARÁN.